aun más historias para no dormir

mi castaña favorita

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igual que las hormigas se asustan si ven tu dedo acercarse pero ni se inmutan ante otros insectos de su mismo tamaño, los bebés deben reconocer como iguales (en cuanto sus ojos enfocan) a aquellos que solo miden un palmo más que ellos. si este mecanismo (para mi tan lleno de lógica) existe, tu fuiste la primera persona a la que yo aprecié como algo parecido a mí y esa sincronía fue solo una de las millones que te hacen especial para mí. aunque somos como un huevo y una castaña, debemos estar rellenas de la misma miel. yo nunca sería tal y como soy (mejor o peor, pero de esta manera) si no hubieras sido tú quien se crió a mi lado, siempre tres años por delante, siempre un poco más alta, siempre un poco más delgada (¡ay!). de ti proceden mis recuerdos más felices. de cuando aún no sabía leer y me inventaba los cuentos en voz alta para imitarte, que leías sin quejarte en la camita de mi derecha, toda seria. de nuestros baños los domingos, con toda la bañera llena de cacharros que llenábamos una y otra vez de agua y jabón, de nuestros peinados inventados y barbas de espuma hasta que venía la mamá y nos lavaba la cabeza y nos tapábamos los ojos para que no entrara el champú y nos quejábamos y tu llorabas y yo también, ¡no iba a quedarme atrás! de nuestras tardes interminables en el cuarto de jugar, que llenábamos de setecientas muñecas (a las que tu ya enseñabas y dabas lección...), casitas y demás chismes infantiles hasta que no cabían más y había que guardar algo para poder seguir trasteando. de las películas que vimos una y otra vez en aquellos sofás negros, 'tu a boston y yo a california', 'grease', 'tuyos, míos y nuestros', 'dirty dancing'...


nadie me podría enviar otra vez al cuarto de los papás a saber si nos podíamos levantar ya, tras haberme cerciorado de que si ese día era fiesta o no (qué malo era que solo me dijeras que sí dos veces a la semana). sería complicado encontrar a alguien con quien corear 'heal the world' y adivinar el balanceo exacto que harían sus brazos como sé que harían los tuyos.  y aún más, tu fuiste la primera a la que vi igual que yo, la primera a la que quise, los primeros brazos que me abrazaron y la primera que me besó (quitando a los papás). eres yo, yo soy tú, en el sentido más enorme de los pronombres y los verbos. conocerte es adorarte y yo, que no te conozco sino que 'te soy' (la Real Academia de la Lengua me perdona porque semejante bosque semántico está lleno de amor) no es que te adore, es que no podría ser sin tí. feliz cumpleaños. no puedo quererte más. 

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dabas un concierto en el mejor auditorio de la ciudad. él estaba tan enamorado de ti y era tan rico que compró todas las entradas para disfrutarte en soledad. contrató un ejército civil para adquirir todas las localidades sin levantar sospechas. el día de la actuación, media hora antes de que salieras, utilizó sus influencias para hablar con el director del auditorio y le pidió que no suspendieran el concierto cuando vieran que habría una sola silla ocupada. saliste al escenario (majestuosa, rotunda y brillante) y le dedicaste una sola mirada llena de sorpresa, pero focalizaste tu atención en el piano. ejecutaste durante hora y media la pieza acordada de forma magistral. solo él, en tercera fila, te miraba con ojos ardientes. escuchaste su aplauso y actuaste como si la sala estuviera llena; tras la reverencia te marchaste llena de ira, de una rabia que se había gestado poco a poco al sentirte como una prostituta, como algo comprado para darle placer. él, extasiado, sabiendo que no querrías encontrarle al salir del auditorio, huyó a casa. se tapó con el edredón para sollozar durante horas, emborrachándose con tu nítida imagen, sintiéndose el hombre más desdichado del mundo por no poder tocarte y el más afortunado por percibirte, saber de tu existencia y poder soñarte/verte.

paganini

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ese violín que camina solo me hipnotiza. cambiando de canal casi por inercia, mi cabeza estaba ya yendo a mi cuarto cuando he parado en La2. mi retina ha reconocido un momento que me gusta; la entrada de un director de orquesta a la sala de conciertos, la orquesta se pone en pie, él le estrecha la mano al primer violín, un chico de negro riguroso con una melena larga y rizada que ha preferido no llevar camisa ni corbata, pero sí una americana. el rótulo anuncia a paganini, concierto número 1 para orquesta opus no se qué. tras una diminuta introducción, el primer violín comienza su baile. de pie, sonriente, mirando al frente, a su director, esquiva a la cámara con una danza gigantesca, ritual y poderosa que me hace abrir la boca. mi sueño se diluye conforme corren los segundos y deseo que el concierto dure días. la orquesta permanece casi en silencio y es este hombre quien lleva el peso de la obra bajo la mirada del director, que no le dedica ni un solo movimiento, se dirige solo, parece llevar la partitura en su adn. dos o tres cámaras (el éxtasis no me deja contarlas) registran cada parpadeo, me acercan a la locura de sus dedos, a sus erráticos movimientos, al descontrol sosegado de su pelo, a la confianza, paz y disfrute pleno que transmite su expresión. me parece un mago, el hombre perfecto mientras espera al comienzo del adagio su momento, de pie entre todos, la comisura de sus labios habla de amores interminables. dios, ¡te estás divirtiendo tanto! sudas durante el adagio, ríes (el incluso coqueteas) con el 'rondo spirituoso' (rótulos gratia) que le sigue. jugueteas, te encantas e imprimes de una extraña felicidad a paganini, me has convencido para que busque este concierto y te recuerde, porque es esa la emoción que mataría por imprimir a cada uno de mis impulsos programados.

juegos

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no quiero jugar más. nunca he sido competitiva, odio el parchís, no me gustan las carreras. detesto demostrar lo que soy y de lo que puedo ser capaz. no encuentro diversión en el monopoly, en las cartas, en el coñazo interminable del sing star. en cambio, puedo pasarme horas haciendo solitarios (voy a establecer un récord silencioso). si hay unas normas comunes, unas reglas, una clasificación, no me llaméis. me he hartado de fingir que puedo seguir esas pautas cuando dentro de mi cabeza siempre he querido saltármelas. he intentado obedecerlas, lo prometo. hacer equipos, estrategias y demás se me da mal, pero me he esforzado. el problema es que todo lo que deriva de estos juegos extraños no me sirve, me da ganas de vomitar, me produce urticaria. me siento verde oscura cuando todos hablan magenta. y no comprendo porqué. solo puedo hacer dos cosas; o aprender magenta o buscar verdes oscuros. visto está que no puedo mutar, aunque me arranque la piel, aunque me autodestruya. así que buscaré a quienes son igual que yo. y quizás con ellos juegue a algo. el problema es que no tengo claro que exista quien se entienda conmigo.

:)

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tengo la suerte de contar con una decena de seres adorables cerca de mí. tan próximos que me tocan solo mirándome, que me abrazan a kilómetros de distancia. son personas eléctricas, llenas de energía, curiosas, irreductibles, inteligentes. mi escuadrón favorito, mi seguro de vida. sin ellos habría caido igual, pero me habría hecho más daño. habría estado contenta, pero no feliz. son ricos caleidoscopios, frondosos como selvas, siempre sorprendentes, capaces de hacer un viaje de cualquier movimiento, de convertirse en refugio, medicamento y familia con un beso. no comprendo cómo no son amados por el resto del mundo como yo lo hago, pero creo que lo prefiero así. querría disfrutarlos solo yo, mi desvelo por ellos es egoísta. mañana es el cumpleaños de una de esas luces de mi vida, de la luz menos egoísta de todas. está empezando a vivir una etapa maravillosa de su vida y no puedo hacer nada más que abrazarla y amarla como siempre porque no hay quien se merezca más que ella sonreir ASÍ. dentro de su orden cósmico cabe lo burbujeante de su personalidad, la riqueza de su corazón y lo cálido de su brutal mirada, que enamora a quien se acerca a ella. gracias por permitirme estar siempre cerca de ti, nunca sabrás lo mucho que eres capaz de dar a quien te rodea. que cumplas muchos más y que yo los vea.
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"tratándose de Francisca no podía hablarse de pensamiento. no sabía nada; en ese sentido total en que no saber nada equivale a no comprender nada, excepto las pocas verdades que el corazón puede ganar directamente". M. P.


Recuerdo en ocasiones esta cita y la veo reflejada en muchas caras.

Un año de blog, ¡felicidades a mí misma! Abrazos a todos los que pasan por aquí de vez en cuando.
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un estúpido de la tele me recuerda tu cuerpo. la calidez que desprendías, la quietud. me veo apoyada en tu pecho, intentando llevarme tu olor en las manos.

ya escribí sobre esto hace tiempo. mi cabeza no sabe jugar bien sus dados y tengo siempre mala suerte con las asociaciones mentales aleatorias que me acechan cuando bajo la guardia.

¿sabes qué te digo? que a la mierda tú, tu cuerpo, tu calidez y tus ostias en vinagre.

...

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quién lo diría viéndote en la parada del autobús. tu ropa siempre está en una escala de color que va del negro al gris pasando por ciertos azules y verdes, siempre lisos. las mismas zapatillas viejas, la misma mochila ladeada cada día. tu mp3 infestado de música, tu cara de sempiterna agonía. pareces uno de esos cientos de miles de tíos de entre veinte y veinticinco años que dedican más horas a nada que a algo. que ni leen ni piensan ni meditan, que solo juegan al pro y ven el fútbol, que no hablan mucho y discuten menos. no eres un desecho porque tu familia es de clase media y hay cosas que se pegan aunque uno no quiera. pero ese abuelo que te mira pensando que ya no hay hombres como los de antes, esa chica que cree que si te duchas y te afeitas mejorarás y ese profesor que está convencido que tu cabeza está llena de serrín están lejos de saber una pizca sobre tí. tu madre está harta de que te encierres en tu cuarto durante dos o tres días sin avisar. la primera vez pasó de tomárselo a broma a llamar a los bomberos y cuando tiraron tu puerta abajo y vieron que solo dormías, te cayó una buena. los servicios de socorro sin necesidad valen dinero, las puertas también. no dijiste ni una palabra. nadie relacionó la interrupción de tu letargo con los retrasos en los vuelos de las aves, con esa mínima aceleración del deshielo de los glaciares, con la reorganización momentánea de las coordenadas de ciertas estrellas. la segunda vez te castigaron; volvieron los desajustes cósmicos, las equivocaciones y los retrasos de los ecosistemas. pero poco a poco lo aceptaron como una de tus rarezas, el amor es así. tu madre te dejaba agua, comida fría y un orinal por si te despertabas en mitad de la noche durante tus extraños sueños, pero siempre lo recogía todo intacto. no hablar con tus padres de tus abandonos en la cama era tan natural como no hablar de sexo; ni sabían porqué lo hacías ni para qué, preferían no saberlo. al fin y al cabo no molestabas, aunque faltaras un poco a clase tu deprimente expediente tampoco lo iba a notar. a veces no entiendes porqué depende de ti que la tierra de la vuelta sobre sí misma cada día y sientes sobre tus hombros todo el peso del mundo; porque lo llevas. pero no tienes más remedio. a veces quieres compartirlo y decirle a la única chica con la que hablas de clase lo que eres capaz de hacer, pero no porque te enorgullezca, sino porque te miraría con otros ojos y te sentiría extraordinario. a veces fantaseas con evitar el sueño, programar tu vigilia y drogarte para tener los ojos abiertos. quieres ver el cataclismo, los accidentes, las inundaciones, la locura de la Tierra, la invasión de los pájaros. pero es una tentación a la que nunca sucumbes. te planteas si existirán otros con la misma facultad que tú, pero no sabes cómo encontrarles y ni siquiera sabes si querrías conocerles. en tus manos sostienes todo el universo, pero en el fondo te da igual, nada te importa. quizás si que eres de esos niñatos que solo juegan al pro. o quizás no.

...

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sin más.

miel y leche

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vendo miel y leche. los tarros llenos, rebosando, los he sellado con la lengua. su cristal es el más fino que he podido encontrar y su apariencia delicada engaña, son peores que la heroína. no hay nada más dulce ni más denso, puro almíbar, la quintaesencia de mi pastelería corporal. te reto a que halles algo que emborrache más que lo que puedo ofrecerte. son colchón, cobijo y alimento, podría no necesitar otra cosa para abrir los ojos. vendo miel y leche porque me sobran, porque las fabrico por decenas, porque me ciegan y me ensordecen, me hacen lenta e inútil, me provocan demasiadas sonrisas tontas por segundo, me sonsacan del subconsciente alucinaciones extrañas en las que todo funciona.

dime cómo

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dime cómo es, dime cómo. piénsalo. instantes como ese no sueles tener muchos. gente a la que besar sí, pero a veces es más mecánico, más rápido. esos tres segundos según con quién se te olvidan o los reproduces cien veces a cámara lenta. como no los recuerdo, no los recordaré ahora. me quedo con los otros, los que te estimulan tanto. dime cómo son. el porqué no puedo explicarlo, yo tampoco sé qué los hace diferentes, pero la sensación es palpable como el asfalto. tienen en común que hubieras querido que se dieran muchísimo antes, que mientras el otro hablaba has fantaseado con la idea de que te besara, pero que has esperado a que llegara el momento exacto. no sabes si por hacerte la señorita, porque te daba miedo el rechazo o porque estás harta de que te salga todo mal, has esperado a estar a dos centímetros de su boca para cambiar de rumbo. bendita sincronía la vuestra. puede ser que hayas estado enviando las señales correctas y que las haya leído como toca, porque habéis tardado lo mismo en alinear vuestras caras. hay algo de animal en eso, es instintivo, antiguo y genial. dime cómo. ese primer toque entre los labios es tan excitante que te evade, te tapona los oídos, te eriza y pone toda tu sangre en movimiento ascendente. era así como tenía que ser. de veinticinco pasamos a mil frames por segundo. parece que su mano pasee por tu cintura desde ayer por la tarde, que tus dedos calibren la suavidad de su cuello desde hace siete horas. crees que tiene mil focos de calor, que sus manos son cortantes, que su cuerpo pesa más de lo que creías porque le notas por cada centímetro de la piel con una presencia debastadora. eres y vuelves a ser, como la primera vez, solo por donde él se pasea. todo eso mientras buscas la manera de entenderte, de comprender qué idioma habla en silencio y de hacer que averigüe tu lenguaje. la mejor búsqueda del mundo.

enorme

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nunca pensé que fuera a crecer tanto y que no necesitara nada para hacerse enorme. ni luz, ni agua, ni comida, ni estímulos; como un cactus desértico ha ido aumentando de tamaño de tal forma que ya no sé dónde meterlo. lo até con un cordel al tejado de mi casa pero con las lluvias de estos días he tenido que refugiarlo dentro y ha sido así cuando me he dado cuenta de su grandiosidad molesta e inútil. si pudiera comérmelo o regalarlo, si se cortara y se tirara a la basura, si el calor lo derritiera y pudiera derramarlo por el sumidero de la ducha... todo posibilidades estúpidas que no lo eliminan de mi vista.
 
lo peor de todo es que no me asfixia ni me enfada, me he acostumbrado a cargarlo allá a donde vaya. más bien me he hartado de que no me canse. me ha agotado la costumbre de que no me crispe. ha acabado con mi paciencia la comodidad de esta agonía. estate atento porque puedo volverme más nazi que nunca.


eso digo ahora. luego te besaré y te acunaré como cada noche.

amor en la itv

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valencia. 6:58 am. decenas de coches hacen cola tras la verja cerrada de la itv del polígono vara de quart. hay más vehículos de los que uno podría esperar que madrugaran de esa manera para pasar la (puta y cara) inspección técnica. intento hacer una estimación del dinero que puede entrar solo hoy en revisiones pero mi cerebro aún no se ha lavado los dientes y sé que hasta que no se los limpia y se pone las gafas es imposible que funcione, le pasa igual que a mí. para eso es mi cerebro. mientras dejo dormir a ese órgano que me corona, mi padre se acomoda por décima vez en un minuto en el pequeño asiento del copiloto de mi cafeterita blanca. me pregunta por la música que suena en el reproductor y le explico quiénes son y porqué molan. pero de pronto todo lo que se había convertido en un acto desinteresado de amor entre padre e hija e incluso (forzando) podía ser una excusa para estar juntos durante un rato de la mañana; todo eso se desintegra con seis palabras pronunciadas por el coautor de mis días.
- no entiendo porqué tengo que acompañarte. 

silencio de tres segundos. 

- por la misma razón por la que yo voy contigo a la peluquería, me siento en la sala de espera y no intervengo en absoluto en el proceso de tu corte de pelo, solo leo el ¡HOLA!, espero a que salgas sin opinar si lo llevas bien o si hay que recortar más las patillas y luego nos vamos a casa.

 silencio de tres segundos. mi padre emite un leve ronroneo aprobador. puro amor.

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"¡Qué insuficiente sería la palabra alegría! ¡Qué falsa la expresión 'loco de contento'! Esta emoción de la salida que no he empezado a sentir hasta esta mañana, me llena de una dicha grave -no solemne, no seria-. Sino cargada de una dicha tan plena, tan inminente, tan segura, tan próxima a convertirse en realidad -la realidad de estar con usted exactamente dentro de tres días-..." 

Me gustan las cartas de amor.

radioactivo

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tras años de malestares, pérdidas incomprensibles de peso y síntomas extraños sin una enfermedad origen, un compañero de trabajo de mis padres decidió hacerse todo tipo de análisis para rastrear su cuerpo y averiguar qué le ocurría. eran las tiroides; se disparaban y se hundían a placer provocando en J una montaña rusa hormonal y teniendo a su pequeño cuerpo esclavizado segregando, recogiendo, ahorrando y produciendo jugos, proteínas, colesterol y demás cosas que segregan, recogen, ahorran y producen los engranajes internos. lo peligroso no era que las tiroides hicieran del cuerpo su bandera (¡cuántas veces una señora obesa le dice a su amiga en la cola de la pastelería 'nena, no pierdo peso por las tiroides'!), sino que según el día o eran las protagonistas de la fiesta o desaparecían sin dejar rastro. los médicos pusieron sobre la mesa tres caminos para acabar con el problema; J eliminó dos posibilidades enseguida. una porque implicaba una operación quirúrgica (cosa que no le agradaba en absoluto) y la otra no la recuerdo, pero no importa porque no fue la opción escogida y es irrelevante para el resto de la historia. la unidad de medicina nuclear del hospital la fe le recetó una pastilla, un comprimido que con una sola toma eliminaría su desequilibrio para siempre pero que tendría un efecto secundario peligroso; J irradiaría radioactividad durante tres semanas. primero de forma intensa y después disminuiría hasta volver a ser un hombre normal que como mucho transmite buen humor. este curioso efecto secundario le mantendría alejado de sus dos hijos (ambos menores de seis años y por lo tanto, sensibles a la radiación) durante todo ese periodo, tanto que J ni siquiera podría estar viviendo en la misma casa. el resto de personas podrían convivir con él respetando cierto grado de separación, hasta el punto de que sus compañeros le traen la comida cada día del bar y se la dejan en la sala de juntas, donde él se la toma solo. nada de ir a piscinas, a discotecas o a tiendas donde el contacto con mucha gente es más que posible, por supuesto. ni qué decir de mantener relaciones sexuales con su mujer.

esta historia me genera dos pensamientos que funcionan solos y se desarrollan a gran velocidad sonriente;

(1) ¿cómo aguantar tres semanas sin que nadie te abrace? sobre todo pensando que durante veintiún días eres tan dañino que no puedes ni tocar a un bebe. yo, que no puedo vivir sin contacto humano, pasaría esas semanas como la peor de las penitencias (químicas) posibles. si fuera mi caso me convertiría en una terrorista silenciosa y pasearía por toda la ciudad esparciendo mi sofisticada contaminación 3.0. sería el momento perfecto para llamar a aquel gilipollas que se cree el hombre perfecto y llenarle sin que se de cuenta de radioactividad. bien de abrazos y de besos, ¡todo para tí!

(2) ¿es posible que una sola pastilla provoque semejante hecatombe nuclear radioactiva siendo del tamaño de una aspirina? ¿me la entregarían en un envase especial, con guantes? ¿me la tomo allí mismo o voy con ella a casa y durante el trayecto en coche polinizando el aire? una vez tragada, ¿cuándo comenzaría a irradiar radioactividad? ¿tendré super poderes?

J, casi te envidio.
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'Se echaba puñados de tierra en los bolsillos y los comía a granitos sin ser vista, con un confuso sentimiento de dicha y rabia, mientras adiestraba a sus amigas en las puntadas más difíciles y conversaba de otros hombres que no merecían el sacrificio de que se comiera por ellos la cal de las paredes. Los puñados de tierra hacían menos remoto y más cierto al único hombre que merecía aquella degradación, como si el suelo que él pisaba con sus finas botas de charol en otro lugar del mundo, le transmitiera a ella el peso y la temperatura de su sangre en un sabor mineral que dejaba un sabor áspero en la boca y un sedimento de paz en el corazón.'

para qué más.

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pensamientos aleatorios provocados por esta canción.



tienes la boca llena de esas estupideces que solo se dicen con la luz apagada. crees que nadie se ama como tú y la otra persona, todo son sonrisas y abnegación felizmente enfermiza. no quieres ir al cine, ni a pasear, ni quedar para cenar, ni siquiera ver a otras personas. solo estar a menos de diez centímetros de él y mirarte durante horas, llenarte de besos, de abrazos, de caricias. podrías morirte diez segundos después de haber recibido tantas miradas y sabes (es una certeza tan grande como tú) que no pasaría nada, que has experimentado todo lo que la vida podría ofrecerte. de todo el tiempo que habéis compartido, por lo menos habéis estado tres meses y medio abrazados, con todos sus días y sus noches. pero es que no hay calor como ese. tu mente ha hecho una suerte de holocausto general del que solo se ha salvado él, tu ser humano favorito. no necesitas oír música en el coche ni cuando andas por la calle, pensar en esa persona llena de historias tu cabeza y sonríes todo el camino. aunque el recorrido sea de dos horas. te has convertido en un animal expuesto y dispuesto a la excitación brutal y maravillosa que supone cualquier movimiento de él, por pequeño que sea.

coche

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no me gusta conducir. la peligrosidad que va inherente a cada movimiento me pone nerviosa y siempre creo que terminaré teniendo algún susto. por cuestiones de trabajo, ahora llevo el coche más de lo que me gustaría por carreteras cada día más familiares. prefiero conducir sin nadie. 

hace un rato volvía de uno de esos pueblos. de madrugada, noche cerrada de un martes, casi no hay nadie por la carretera. ¿de dónde vienen, a dónde se dirigen? lo imagino cuando se cruzan conmigo. voy escuchando jazz en una emisora sin nombre, emisora que estaba sintonizada en la quinta memoria del coche por el anterior dueño. en estos días aún no he escuchado la sintonía en la que 'cantan' el nombre del programa o la emisora, pero no me hace falta, solo tengo que pulsar el cinco para tenerla conmigo. da una atmósfera de película al momento; conduzco casi sola cerca del mar, al fondo port saplaya y valencia, a la izquierda la huerta y sus casas iluminadas. el piano, la batería, el contrabajo, la trompeta y yo volvemos a casa y el cielo está despejadísimo, tanto que se ve alguna estrella perdida. atenta al entramado de líneas del asfalto, recuerdo el comienzo de 'carretera perdida'. los faros de los coches que me adelantan desplazan la sombra de mi coche de un lado a otro, como fresnels que bajan a valencia a toda velocidad mirándome. adoro ese efecto de luz.

así sí me gusta ir al volante.

qués

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busco algo
que me haga vibrar.
que su chispazo no me deje dormir y me haga tener pesadillas.
que se apropie de forma indebida de mis minutos e invada ilegalmente mi aburrido raciocinio.
que no sepa qué significa 'verbalizar' y me induzca malas costumbres y hábitos extraños.
que posea entre su vasto curriculum un master en dirección de dedos y administración de abrazos.
que sea tan bruto como para que yo parezca una mujer.
que cumpla con una inteligencia interesante de la que no me avergüence al conjurarla de noche.
que conozca los resortes del sexo sin caricias y los besos con los ojos abiertos.
que no le parezca estúpida una lista de 'qués'.
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en una de esas charlas en las que mi padre se embarca de vez en cuando (sobre fútbol, política y libros son sus favoritas), recuperó una idea retratada hace tiempo en un artículo de Muñoz Molina. conociéndole, es fácil que se tratara de un texto de cualquier otra persona y es más, el tema apunta a que el autor se esas letras fuera Manuel Vicent (aunque esto es una apreciación mía).

ampliaba el concepto de raza mediterránea como algo más que una subespecie caucásica que puebla todo el territorio alrededor del mar del mismo nombre. hacía un elogio de una manera propia de comprender la vida, de disfrutar de la familia y los amigos, de estar en torno a la mesa, de necesitar el mar como norte cercano. dibujaba un carácter peculiar, unos gestos y un desenvolver propios de unos miles de kilómetros que hablan distintas lenguas pero que necesitan las mismas cosas.

mi padre estaba entusiasmado con ese retrato y aseguraba reconocerse (y reconocernos) en él cada vez más. ahora más que nunca. tostado por sus largos paseos a la orilla del mar, distingue los vientos y reconoce la lluvia venidera por el olor. disfruta de la sobremesa y defiende ante el café su originaria 'república islámica independiente de ruzafa'. a nadie le queda mejor el zaragüell y se emociona escuchando la música tradicional. sueña con una casa de la que existen miles; entrada con dos habitaciones frescas a los lados, un pasillo que da a un patio interior con azulejos alrededor del que se vertebran la cocina y el comedor y un huerto al fondo.

ayer tuve una sensación parecida cuando pasé la mañana con dos amigos cocinando, comiendo y charlando sin necesidad de nada más. más que de otra manera, mediterránea.

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mis hormonas están en una rave por requena, dándolo todo y drogándose, parece ser. a ver si cuando vuelvan duermen bastante y con unos litros de agua y un par de ibuprofenos vuelven a ser hormonas normales y corrientes, sin subidas y bajadas.

lenguajes

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disfruto de las convenciones sociales y de las conversaciones mudas que se suceden mientras se conduce. en la autopista, el coche que llevo delante comienza a frenar de forma brusca, enciende las luces de emergencia. me avisa de que no está circulando como toca. yo le observo e imito tu actuación para advertir al vehículo que me sigue. y así de forma sucesiva. no hacerlo incurriría en una imprudencia flagrante, ya que el coche de atrás podría creer que solo estoy frenando un poco cuando quizás haya disminuido mi velocidad a más de la mitad y nos habríamos chocado antes de que se diera cuenta. lo mismo ocurre cuando alguien quiere adelantarte o colocarse en tu carril; te avisa con el intermitente, a veces incluso te mira. y le oyes diciendo 'déjame pasar' y te oyes diciendo 'va, pasa'. frenas un poco para dejarle sitio aumentando la distancia con el vehículo delantero y el otro coche, observador, advierte ese movimiento y ocupa su nuevo lugar de forma rápida.

todos conocemos estas normas, algunas están escritas o esbozadas, otras se aprenden con el tiempo. nos hacen circular mejor y evitan accidentes. está claro que a veces no sucede así y hay quien se las salta, entorpeciendo, molestando y perjudicando al resto.

sería fabuloso que también existieran normas homólogas en las relaciones sociales, reglas universales que todos siguiéramos para mejorar nuestra circulación mental. un signo inteligible por todos que significara sin ambages 'me gustas' o 'te quiero'. un gesto claro que indicara 'desaparece de mi vista'. una señal inequívoca que traducida vendría a decir 'me haces daño, haces mal las cosas'. todos conoceríamos y reconoceríamos ese lenguaje, lo utilizaríamos de forma conveniente y seria y nos entenderíamos mejor. no habría dudas ni confusiones. a esa persona le gusto, ese quiere que desaparezca de su vida y he hecho daño a aquél.

soñar es gratis.

cazador

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cazador de mariposas, para ti la luna es siempre más hermosa que la de la noche anterior. cubierto de rocío empuñas tus delicadas armas en busca de tus maravillosas presas. eres tan hermoso que te confunden una de ellas, te invitan a sus juegos, revolotean en tu pelo. bajo tierra las untas con un brebaje que solo tu conoces y las haces eternas, dejando que desplieguen su sofisticada belleza durante siglos en pabellones secretos. tu risa las alborota, nadie las ama como tú. cuando apuntan los primeros rayos de sol te escondes, ellas te esperan en su arrullo como palomas, guardan silencio por tí. una vez caes vencido, inician un ritual para acompasar tu respiración con la de los pájaros y mimetizar tu corazón con el palpitar de la tierra. duermes sonriendo. cuando vuelve la noche te despiertan con cosquillas y te acarician como amantes expertas. distraes a los árboles con murmullos inteligibles y recorres la tierra de puntillas, conversas con el aire para que no te delate y enfureces al agua, que no puede tocarte.
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parece ser que tener ganas de que pase tiempo no sirve para que de pronto sea noviembre. por lo que veo, desear estar de mejor humor no suaviza mis ganas de bronca ni seca mis ojos. vengo observando que necesitar algo con mucha fuerza no lo materializa en mis manos. me he dado cuenta que acostarme cansada para dormirme enseguida no me quita las pesadillas. y sobre todo, es verdad que quejarse no sirve para nada. pero me da mas miedo ver que el esfuerzo y las ganas tampoco, que no hay reglas de tres para el bienestar y que hay quien no tiene suerte. porque todo podría empeorar aún mas.
lo de las pesadillas lo puedo solucionar con drogas de farmacia (adorado/adorable myolastan, noches de sueños blancos e ininterrumpidos), pero el resto no. un trozo de mi piensa en el inocente 'todo mejorará' mientras otro trozo se descojona (por no lloriquear) al no encontrar alternativas.

cartas

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"Estoy ávido de ti, no pienses en nada más que en mí. No vivas como si yo no existiera... No me olvides... Pero ¿tengo derecho a decir que seas desdichada por mi causa? Me lo perdonarías, si supieras con cuánta pasión deseo que me ames... Y para amarme como yo a ti, no debes pensar sino en mí, y no escribir una frase como ésa. Ayer y esta mañana me ha obsesionado una dulce visión: te veía todo el tiempo con tu disfraz de pastora. ¡Cómo sufrieron mis sentidos!, ¡cómo te ha seguido mi corazón!, ¡cómo se me llenaron los ojos de lágrimas! Creo firmemente que un amor verdadero basta para ocupar el corazón más dilatado... [...] Quizá si tú quisieras confesarme, si tal es el caso, cuántas cosas te son necesarias aparte de mí, yo podría ser más dichoso al sentirme menos atormentado. "¡Ah!", exclamarás, "¡qué crueldad!, no dejarme gozar de mi juventud, desear que sea desgraciada". Debes serlo si me amas... Por mi vida te digo que no me contento con otra cosa. Si realmente puedes divertirte en una fiesta, si puedes sonreír en la cara de las gentes, y desear que te admiren precisamente ahora... Ni me has amado ni me amarás nunca. Para mí la vida no es más que la certeza de tu amor. Dámela, mi más querida. Si no llego a convencerme de ello, me moriré de angustia.

Si nos amamos, no debemos vivir como otros hombres y mujeres; no puedo tolerar el veneno de la moda, la fatuidad y el chismorreo. Debes ser mía, hasta morir en el tormento si yo lo quiero. No pretendo tener más sensibilidad que mis semejantes, pero deseo que releas seriamente mis cartas, amables o no, y consideres si la persona que las escribió es capaz de soportar por mucho más tiempo las agonías y las incertidumbres que tú sabes crear con tu especial manera de ser. Recuperar la salud no me servirá de nada si no has de ser enteramente mía cuando esté bien. Por el amor de Dios, sálvame... o dime que mi pasión es demasiado terrible para tí..."
J. K.

las seis uves dobles

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¿Qué hago con todo lo que no digo ni escribo? ¿cómo almaceno a esos bichos tóxicos? ¿dónde están las jaulas que les impedirían salir? ¿cuándo dejaré de criarlos en la tripa? ¿quién les matará? ¿por qué no dejan de nacer?

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pienso en crear otro blog en el que poner nombre y apellidos a mis tormentos. en el que vomitar y señalar con el dedo los tropezones de comida que se me atraganta sin cortarme. un desahogo sin velos ni censura. eso sí, sin links desveladores ni pistas. un basurero escondido lleno de testimonios y pesadillas en directo. no basta (como bastaba antes) un diario manuscrito, lo liberador de pulsar 'publicar' sana y purifica.

tres

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películas, discos y libros. teatro alguna vez. botellas de vodka. dos festivales. rescates, de eso mucho. cuatro o cinco salvadores eternos. cenas. llamadas de teléfono. algún viaje. trabajos nuevos. desgraciados variados. muchas caminatas de veinte minutos. un cambio de casa. miles de trayectos en coche para conseguir consuelo. ciertas broncas. retrocesos. ostias. risas. agradecimientos. estupefacción. decepciones. ropa nueva. cortes de pelo. chocolate. familia.

total, para avanzar solo tres centímetros.

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vas a ser hermosa. tienes catorce años. sin duda has crecido ya mucho, tus piernas largas te delatan, pero tu mirada dice que eres una niña. veo en tu cara facciones de animal; ojos almendrados, pómulos marcados, boca grande que aún no muerde pero que lo hará. hay electricidad en la manera en que te mesas el pelo. tus miembros dorados por el sol tienen una textura amelocotonada un poco peligrosa, eres demasiado joven para ser acariciada pero ya te expones sin darte cuenta. habrás ido regalando tus besos a tres desgraciados, estoy segura y ninguno se habrá dado cuenta de que eres una hembra caníbal que está todavía dormida. pero cuando despiertes (¡ah, cuando despiertes...!) será un espectáculo contemplarte caminar.

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de vez en cuando se me escapa. 'oye, ¿te puedo decir una cosa? eres precioso'. la frase sale de mi boca tal cual la pienso, me gusta halagar y transmitir mi sana (o enferma) fascinación a las cosas bonitas que tengo delante. es un placer ver a ciertos sujetos como obras de arte, disociar sus ojos o su boca de una cara y darles otro sentido. esa frase ('eres precioso') suele ir acompañada por la silenciosa necesidad de observar más de cerca al objeto --- rara vez se cumple. cuando ocurre (delicioso festín), siento que muero sonriendo.


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mi familia siempre recuerda la ansiedad que tenía de pequeña por aprender a leer y a escribir. tengo grabado en la cabeza el momento en que la maestra de turno escribió en mi libreta mi nombre completo para que lo copiara diez veces y cómo viendo esos garabatos sin sentido (que irían teniéndolo poco a poco) me sentí henchida de alegría. había entrado en un mundo que sin saberlo me iba a 'salvar' mil veces; encontrar consuelo en libros y desmayar un poco sobre el papel son constantes irremplazables en mi vida casi desde ese momento. mucho más tarde tuve un jefe que introdujo en mi vocabulario un nuevo significado para 'peinar'; 'ana, peina el principio del reportaje un poco'. acláralo. límpialo. desnúdalo. sopesa cada palabra, pregúntate si es necesaria, si quitándola o sustituyéndola no mejoras el conjunto. con el tiempo me pareció una de las mejores directrices narrativas que he escuchado y agradezco a la casualidad que Paco (donde quiera que estés, sigo haciendo luz de gas) me diera ese consejo. lo aplico cada vez que 'vomito' ante el papel con mayor o menor fortuna.

esa ansiedad de la que hablaba el principio, ese consuelo que me da la lectura/escritura al que me refería después, ese 'peinar' las palabras que comentaba hace escasas líneas; todo sigue siendo verdad. pero hay días en los que contemplo con miedo que no sé traducir lo que tengo en la cabeza en letras, no puedo escribirlas, no puedo limpiarlas después. ojalá aparezca otro Paco que me desate las manos. o mejor, ojalá no necesite otro consejo, ojalá encuentre yo sola el modo de sacarlo todo.

siete

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quien me iba a decir que con veinticuatro años volvería a tener siete. la única lógica que funciona en mi cabeza se traduce en empujones, en palizas, en bofetadas en la cara. bulle en mi interior la necesidad de romper cristales de coches, pinchar ruedas, rallar carrocerías con una llave. ¿dónde quedó la madurez, la reflexión o la resignación elegante? creo que quedé con ellas alguna tarde en la fnac y no fui. sin esas tres señoras apoltronadas en mi cabeza solo quiero sacar ojos, morder con mala ostia, insultar a boca llena. el problema es que esa niña gritona se queda dentro de mí, la rabia se amontona y tengo miedo de que se me salga por los poros esa asquerosidad que fabrico incansable. inocente, esa misma cría que me habita espera que ocurra algo muy bueno que achante su humor. las dos lo esperamos.

choque

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fantasea con salirse del carril y golpear al coche de al lado. bailan juntos sin tocarse la danza más peligrosa de todas. deprisa, cientos de vehículos se mueven a su alrededor como un enjambre mecánico. apuesta a que ninguno sueña con un choque, con un trayecto a contrasentido. bastaría un giro sutil del volante, una curva que hacer recta, para unir dos carrocerías para siempre. nunca reconocerá que lo tiene en mente y que le gustaría comprobar cuánto calor recibiría en el hospital en forma de familia y amigos, quién la llamaría, quién se portaría de diez. eso sí, en su fantasía no se muere. es extraña, pero no suicida.

yayo

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hoy hubieras estado contento con el fútbol. lo habrías escuchado en tu inseparable transistor y yo te hubiera llamado a mitad mañana para comentarlo. habrías señalado con orgullo la gran presencia del barcelona entre los jugadores y cómo su juego les ha llevado lejos. apostaría todo a que anoche te habrías emocionado, tú viviste muchos mundiales y muchas derrotas que hubieran hecho especial ese gol de (san) andrés. lágrimas sinceras, como cuando escuchaste en esa misma radio las noticias sobre el 11M y me dijiste que no pudiste evitar llorar. tu vida ahi era un 10% de lo que fue, ya no podías salir de casa, ni comer o asearte solo, oías poco y veías menos, pero tu cabeza bullía de pensamientos y raciocinio y conservabas intacta tu capacidad de empatizar con el dolor ajeno sin quejarte nunca del tuyo. te veo mirando en el teletexto los resultados del fútbol los sábados, con tu corbata y tu camisa impecable, feliz de tenernos alli, andando a pasos cortos pero seguros. me llamabas 'porrito' (antes de que fuera algo más que un apelativo lleno de amor) y siempre te prometía que te quería hasta el cielo, hasta las estrellas. te pedí que me dejaras de herencia tu maravillosa memoria y tu colchón, en el que dormí siestas magníficas. lo último que recuerdo de tí fue una despedida en el hospital, pasaba la mañana contigo y luego me iba a trabajar. te pregunté '¿me quieres?' y tu me dijiste 'no' con el dedo índice mientras una enfermera te ponía otro calmante para aliviar tu dolor por las anginas de pecho. y sonreíste cuando te dije '¡malvado!'. ya no te vi despierto nunca más, pero recuerdo tu tacto y tu calor y dentro de mi siempre estás clarividente. por eso hoy te he pensado en tí.

espesa

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tu sangre espesa se desliza perezosa por tus arterias y tus venas. me tiro de cabeza y me hundo lenta, como si cayera en un torrente de chocolate casi sin derretir. se parece a una confitura de fresas; corpúsculos y ligazones flotan y se entremezclan, se reparten por todas tus estrechas autopistas. tu jugo espumoso me acaricia mientras nado. me chupo los dedos, te trago, tu sangre en mi barriga mientras navego por tu sangre. la corriente me lleva batiéndome y mareándome hasta tus pies y cuando llego y subimos con cansancio hacia tu rodilla ya me he convertido en un hinchado glóbulo rojo. formo parte de un rio burbujeante y cuajado que te recorre incansable bajo la piel, una y otra vez, sin desfallecer para no matarte a ti. algo tan inspirador no puede ser malo para la salud, hazme caso.

mentiras

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soy una gran mentirosa. me he pasado la vida fingiendo estados de ánimo, sentimientos, reacciones. inventando secretos, historias, palabras. urdiendo estratagemas para ocultar dónde estaba, con quién, para qué. pensaba que esas pequeñas trolas no traerían nada malo. no creo en dios ni en la redención de mis pecados, tampoco confío en el destino ni en el 'todo llegará'. así que mi castigo ha venido a través de las mentiras. las he usado tanto y forman parte de tantas cosas en mi vida que constituyen el modo perfecto para hacerme sufrir.

tenemos la mentira de 'dentro de un tiempo estarás mejor'. también apunta alto en el ránking 'eres maravillosa, ¿quién no te va a querer? ¡encontrarás el amor!' casi empatada con 'algún día cotizarás en la seguridad social' y seguida muy de cerca por 'ya verás como todo se arreglará muy pronto'. en el quinto puesto encontramos a la peleona 'tú solo tienes que hacer cosas y estar ocupada, ya verás como te olvidas' y sexta en la lista, 'va, si esto no es nada'.
 
esas frasecitas, puestas en boca de todo el que me rodea, son como pequeñas bofetadas que de tanto repetidas me suenan agrias. patrañas piadosas, estúpidas, sin fundamento, que me demuestran lo imbécil que puedo llegar a ser. lo malo de todo esto es que quien las pronuncia no lo dice como mentira, sino como lo único que en ciertos casos puede decirme para consolarme. pero no por ello dejan de ser lo que son. cuentos chinos,  parecidos a los que yo he soltado por esta boquita.



nazi

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hace dos meses descubrí que era nazi. ya había percibido mi obcecada voluntad de apartar de mi lado a las personas que me hacían daño pero nunca había caído en la frecuencia y la disparidad de ocasiones en que el látigo de mi indiferencia actuaba (y actúa). con más o menos razón, para la eternidad o por un tiempo, soy capaz de cortar la naturalidad como quien corta un folio si siento mi bienestar amenazado. hay veces que lo hago porque no tengo más remedio (siento que me resquebrajo y me muero) y otras porque me lo ponen en bandeja. pero encuentro algo erróneo en todo el proceso (aparte de mi tozudez y determinación imbatible) y es que si decido no mirar más unos ojos, cuando los vuelvo a ver las convulsiones/pulsiones internas son idénticas a las de un tiempo atrás; mi mutismo pretérito (ese que me protegió tanto) se convierte en una viuda que llora por un muerto al que nunca conoció - una estupidez. tanto tiempo para nada... mi mecanismo de defensa nazi imperfecto aún asi sigue siendo mi única manera de enfrentarme a ciertas cosas. hay que quererme (y odiarme) así.

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y sufro impactos desagradables por ello. igual que en algunas ocasiones me llenábais de luz, ahora me deslumbráis demasiado, tengo que apartar la vista de vosotros. si en ocasiones pude embobarme, ahora no quiero caer en esas lineas que os distinguen del césped y os hacen eléctricos. ¿de qué sirve tanto empacho si es más saludable mirar las nubes? ¿no deberíais ser así de brutales solo para quien os disfrute? ¿no podríais desplegar ese encanto venenoso en la intimidad de vuestro cuarto? ¿haríais el favor de traspasar la barrera de lo posible con un único (y amado) espectador escogido por vosotros? de esta manera, los demás viviríamos en nuestro apacible universo de seres corrientes y molientes sin caer despedazados por un simple parpadeo. desde aquí os convoco a una huída pacífica hacia otros lugares. daros por aludidos, haced las maletas y marchad a un en el que no tenga que veros y caer rendida a vuestros pies (otra vez). 

derribo imposible si tengo esto

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"... un día de invierno, al volver a casa, mi madre, viendo que tenía frío, me propuso que tomara, en contra de mi costumbre, una taza de té. primero dije que no, pero luego, sin saber por qué, volví de mi acuerdo. mandó mi madre por uno de esos bollos, cortos y abultados, que llaman magdalenas, que parece que tienen por molde una valva de concha de peregrino. y muy pronto, abrumado por el triste día que había pasado y por la perspectiva de otro tan melancólico por venir, me llevé a los labios una cucharada de té en el que había echado un trozo de magdalena. pero en el mismo instante en que aquel trago, con las migas del bollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo tan extraordinario que ocurría en mi interior. un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que le acusaba. y él me convirtió las vicisitudes de la vida en indiferentes, sus desastres en inofensivos y su brevedad en ilusoria, todo del mismo modo que opera el amor, llenándose de una esencia preciosa; pero, mejor dicho, esa esencia no es que estuviera en mi, es que era yo mismo. dejé de sentirme mediocre, contingente y mortal. ¿de dónde podía venirme aquella alegría tan fuerte? [...] pido a mi alma un esfuerzo más, que me traiga otra vez a sensación fugitiva. y para que nada la estorbe en ese arranque con que va a probar a captarla, aparto de mí todo obstáculo, toda idea extraña y protejo mis oídos y mi atención contra los ruidos de la habitación vecina. [...] y de pronto el recuerdo surge. ese sabor es el que tenía el pedazo de magdalena que mi tía leoncia me ofrecía, después de mojado en su infusión de té o de tila, los domingos por la mañana en Combray (porque los domingos yo no salía hasta la hora de misa) cuando iba a darle los buenos días a su cuarto. ver la magdalena no me ha recordado nada, antes de que la probara; quizás porque, como había visto muchas, sin comerlas, en las pastelerías, su imagen se había separado de aquellos días de Combray  para enlazarse a otros más recientes. [...] pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y más fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan, sobre las ruinas de todo y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo. [...] y como en ese entretenimiento de los japoneses que meten en un cacharro de porcelana pedacitos de papel, al parecer, informes, que en cuanto se mojan empiezan a estirarse, a tomar forma, a colorearse y a distinguirse, convirtiéndose en flores, en casas, en personajes consistentes y cognoscibles, así ahora todas las flores de nuestro jardín y las del parque del señor Swann y las ninfeas del Vivonne y las buenas gentes del pueblo y sus viviendas chiquitas y la iglesia y Combray entero y sus alrededores, todo eso, pueblo y jardines, que va tomando forma y consistencia, sale de mi taza de té."






mientras tenga esto, vengan a mi huracanes y terremotos, me esconderé en sus páginas, allí no me golpearéis, no me encontraréis en las trincheras. prefiero esconderme entre letra y letra, miraros de reojo desde la segunda parte, olvidarme de vuestras caras durante varias horas. ningún revés me derribará si quepo entre hoja y hoja.

)(

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ella quiere atravesarte, quedarse contigo, engancharse a cada célula tuya y pasear por tu organismo henchida de gozo, pero no la dejas. solo permites que te toque durante unos instantes en los que ella te cubre veloz, sin dejar un milímetro libre. pasado ese rato, tu piel la expulsa como si el sol la evaporara. ella sabe que no es así y no entiende nada, solo desea hacerse la loca y traspasarte, dejar de ser ella para ser tú. pero no hay manera. es una eterna discusión que siempre ganas. forma parte de su idiosincrasia intentarlo cada día y de la tuya, rechazarla sin mirar casi. vais a estar así siempre. y yo cada vez que pueda me extasiaré de esos minutos en los que estáis juntos.

club

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pertenezco a un club del que no quiero ser miembro (y no me refiero a groucho y su célebre frase). repaso algunos estatutos. la condicion indispensable (artículo 1.1) es que todos los socios deben haber paladeado obras de arte, rediseñado bocas, probado elixires secretos y jugosos, conquistado ciudades de un solo cuerpo y sucumbido ante un temblor de piernas. pero siendo siempre la parte extasiada de los dos (art. 2.7), la que cree que podría morirse instantes después sintiéndose vivido con el cielo y el infierno tocados. de obligado cumplimiento (art. 9.6) es mantener esa deliciosa fascinación bajo la piel como un fuego controlado, susceptible de ser avivado con el más leve pestañeo, con una sonrisa del divino contrario y sentir sobre la lengua un juramento de amor eterno que por estúpido nunca sale de la boca. los asociados (art 27.7) militan como siervos anónimos y hasta la muerte de un número indeterminado de individuos, que están lejos de saber que cuentan con este servicio de doncellas/mayordomos/esclavos dispuestos a cualquier memez por un triste beso (o de cualquier locura por algo de sexo). es tal el arrojo y la dedicación de este amor invisible que nosotros, miembros de este deprimente club, podemos recordar durante meses (y años) la indolente forma de apartarse el pelo de un dios, el guiño cómplice a un centímetro de la cara durante un beso, un golpe de cadera que nos sacó un gemido gutural o la suavidad de una sien. y con esos recuerdos construimos un catálogo de luminosos detalles minúsculos y maravillosos (art. 72.6) que excitan y deprimen nuestras noches, ya que en su momento nos llevaron tan arriba que ahora ni los alcanzamos. soy casi la tesorera del club a pesar de despreciarlo. me he plastificado el carnet porque lo uso demasiado y se me rompe, lo llevo en el monedero junto al bonobús y el carnet de conducir, en el apartado de tarjetas que me pueden llevar lejos aunque siempre termine durmiendo sola.

rey moro

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hace mucho calor. el aire pesa tanto como pesan las gruesas cortinas que cuelgan perezosas del techo, perezosas como tú, príncipe mio. no te sabes la retahíla de nombres que ostentas pero da igual, tu corte no te adora por eso. un suspiro inaudible de tu boca revoluciona a tu silenciosa legión de sirvientes; te abanican, te dan fruta en la boca, llenan tu copa de zumos y abren algunos biombos para que el aire compita con tu olor. dos ninfas perfuman y refrescan tu cuerpo con mimo, las acaricias, están adornadas con joyas barrocas y velos que dejan entrever curvas dibujadas por alguien caprichoso y amante de la belleza. hoy solo quieres rendirte al placer; hundirte en la alberca, navegar a estas niñas, dormir al sol, dejar que la comida se te derrita en la boca, recorrer los azulejos de cada estancia con los dedos, mimetizarte con el ruido del agua en los patios. hacer de cada segundo tres días de gozo. tu cama es interminable; un ejército de futones, almohadones y cojines llena la estancia convirtiéndola en una parada obligatoria del descanso con media sonrisa, del sexo de aceites suntuosos y texturas secretas. son tus parpadeos, rey mío, los que marcan el paso del tiempo. basta una orden tuya para despojar de moral de un zarpazo a cualquier princesa y para convertir en tu reina a una chiquilla sin nombre con ojos grises y pestañas de mentira. solo ríete y reiremos, nunca nos cansaremos de este universo parado en el mejor capítulo de cualquier cuento extraño. marca nuestra respiración, abandónate al sueño, pide una bacanal. solo existes tú.

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conducíamos deprisa por la ciudad con el beneplácito verde de los semáforos, casi sin coches. alguien apuntó que de noche la programación de los semáforos cambiaba con respecto a la del día; tardaban más en pasar a rojo y se sucedían muchos en verde para aligerar la circulación. tiene lógica. pensé que esa programación diferente (manipulada desde un despacho empedrado de pantallas de ordenador hasta el techo con cientos de diagramas, planos, gráficas y tomas desde un helicóptero, con un botón rojo enorme y redondo sobre una mesa que mudaba al modo nocturno los colores de todos los semáforos solo con pulsarlo) tenía su origen en la necesidad de mejorar el tránsito en valencia y así evitar un problema a los que la (mal)habitamos.

si esto es así, elevo una humilde petición al organismo competente en el bienestar de los ciudadanos. ayuntamiento de mi (mal)amada ciudad; igual que se intenta rebajar el caos de coches, buscad una solución para el trastorno emocional y destrozo anímico de muchos de tus hijos. si pudieran idear un sistema que con solo accionarlo (ponerlo en marcha, propagarlo, contagiarlo, repartirlo) éste pudiera hacernos estar más tranquilos por unas horas (como esos eternos semáforos en verde de noche) todo funcionaría mejor. nuestra sola voluntad no cabe, hacemos lo que podemos, tengan mi palabra de que es así. debe ser una autoridad de peso la que lleve a cabo esta tarea hercúlea, vistos los resultados de nuestros esfuerzos.

si no fuera por ustedes y su 'mano' con los semáforos luneros, cruzar valencia a las cuatro de la madrugada sería eterno. hagan lo mismo con mi cabeza/corazón; háganlo posible con otro enorme botón rojo, aunque solo sea durante unas horas cada día.

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detrás de tus ojos no hay cartón, hay otra parte que nadie ve, como 'the dark side of the moon'. y siento que me caigo dentro.

][

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dime tú qué hay que hacer. saca un mapa, un plano, un listado, una pauta; yo te seguiré. me oriento muy bien, soy meticulosa y ordenada, no me saltaré ni un solo paso. poco a poco llegaré a cada meta, levantaré alto la bandera, confía en mi. tengo una necesidad efímera de entenderte, verte de cerca, tocar tu nuca, paladearte, hacerte reír, notar tus manos ahí. pero no hablamos el mismo idioma. cuando te saludo crees que hablo de mis viajes y si me preguntas por mi trabajo, te explico que vivo en un ático. solo por esos tres segundos en los que tu entiendes mis fonemas y yo los tuyos te digo esto. señala una dirección. eso sí, ten en cuenta que soy impaciente, desenredando tu extraña madeja de hilos me puedo ir detrás de cualquier sonrisa mediocre. no sé si lo que ofreces tiene tanto valor como aparenta. 
en resumen; di algo.

golpes

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ensayábamos desde octubre hasta junio en un aula infantil sin encanto. me veo en casa, recitando una y otra vez mis frases. el guión acababa manoseado y roto, pero era un tesoro. dos o tres semanas antes de la función nos dejaban trabajar en el teatro, ahí el texto ya debía estar grabado a fuego en nuestras cabecitas. ese viernes, esa primera vez en la que podíamos ensayar de verdad en el escenario, era el mejor día de todos. entrábamos a tropel, nos encendían las luces, dejábamos las mochilas en el patio de butacas, invadíamos el espacio con risas y chillidos nerviosos. siempre adivinábamos el perfil de una monja en el piso de arriba, vigilando el contenido y la candidez de la obra a representar. cuando hicimos 'sueño de una noche de verano', yo entraba a escena por la derecha, sola, me encontraba con maría que hacía lo propio por la izquierda. solo estaba iluminada la escena, no había nadie en el público a excepción del profesor. todas guardábamos un silencio casi religioso. podía escuchar mis pisadas sobre esas tablas de madera que imbuían respeto y ceremonia a cada paso, sobre ese suelo celestial y maravilloso. lo huelo aún, siento su tacto áspero. estaba muy deteriorado, la mayor parte de los clavos se habían oxidado, algunos estaban salidos, crujía todo él, respiraba, gruñía y se removía como un perro viejo. pero era lo mejor que tenía el teatro. estaba hueco, como correspondía. el eco de las pisadas, los golpes secos al andar rápido, la envoltura que daba a cada movimiento; lo hacían cálido e imprescindible. entraba por la derecha, decía. y contenía el aire al escucharme, cada pasito debía ser certero. sentía mil ojos mirándome (cuando no había más que un par) y me estremecía adivinando a todos los que me verían. me colmaba de nervios y de temple, andaba recta y firme, como quien camina por un terreno sagrado e inviolable. recordé esa sensación única anoche, escuchando el ruido de las pisadas sobre un suelo similar en el olympia. recordé cuánto lo echo de menos. 

luz

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hiciste bien sujetándome las piernas y los brazos, podría haber salido volando. la facultad de elevarme me llega a costa de perder la vista y el tacto, pero mira casi lo prefiero, así no sé quien eres, quién me provoca esto. así no noto si me tocas, no te veo, solo estoy yo. puedo concentrarme en no ver nada, solo notar cómo la tierra me empuja hacia arriba, cómo me llama el aire para que ocupe su sitio. y justo durante esos minutos me olvido de tí, de tí y de tí, ni lloro ni me lamento, no pienso en mi sueldo ni en desearle a nadie la muerte. estoy por encima de todos, no existís, solo veo (sin ver) toda la luz.


olor

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a veces intento saber cómo oléis. me acerco un poquito, aspiro con fuerza. si tengo suerte y estáis de espaldas vuestra nuca despide todo el aliento que necesito. también me valen las sienes, los brazos, el cuello. pero es muy complicado, no puedo aproximarme tanto sin recibir una mirada sorprendida (y en ocasiones sonriente), así que tengo que ser sigilosa, miraros de frente y fingir que me interesa lo que me estáis contando. o aprovechar vuestro silencio o una conversación con otra persona para convertirme en la hembra caníbal. las personas son muy maniáticas de su espacio vital y aun así corro el riesgo de invadirlo y de rozaros por lo milagroso/luminoso de ese instante en el que logro captar eso. ese aroma tan personal que me excita como ninguno y que lleva a mi cabeza setencientas formas de acercarme mejor a ese olor. en un segundo me veo recorriéndoos con la punta de la lengua, con las mejillas, buscando y exhalándoos, impregnándome entera, emborrachándome para luego olisquearme y encontraros en mis manos.

pálpitos

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pálpito número 1. me pesan los brazos y las piernas. me doy la vuelta, mi rodilla choca con una piedra. recoloco la almohada, me estiro porque tengo toda la tienda para mí. el sol calienta pero no quema, la brisa me mueve un poco el pelo, agita de forma suave y acompasada la puerta. tengo todo el tiempo del mundo, puedo dormir, pensar, cantar, levantarme y tomarme una cerveza fría, ir a la tienda de al lado donde dormitan los míos, seguir con los ojos cerrados durante horas mientras el sol siga ahí arriba.

pálpito número 2. estás sonriendo, no te conozco pero transmites felicidad, quieres estar donde estás y vas a disfrutarlo. o no, espera, sí que te conozco. hace diez años que tu voz (con más o menos frecuencia) se cuela por mi oído y me hace adorarte de forma infantil y estúpida; yo también sonrío, podría llorar, levanto los brazos, sé que puedes verme, sé que sabes que estoy ahí. tras una hora y media, mis mejores sospechas se hacen evidentes, cantas justo lo que necesitaba oír. yo me acuerdo de vosotras, de tres de mis mujeres, de los momentos que pasamos juntas y de cómo le escuché por primera vez en vuestra compañía. 

pálpito número 3. no he bebido demasiado, pero sí lo suficiente como para saber que voy sonriendo mientras ando. el alcohol aumenta exponencialmente la sensación que tengo, pero no por ello deja de ser menos cierta. hay mucha gente a mi alrededor, voy chocando, se me derrama un poco de cerveza, pero no importa. quedan muchas horas de noche, voy a ver a alguien que me gusta, cantaré bien alto y bailaré para quien tenga a mi alrededor. sin prisa, sin obligaciones, con el pago de mi entrada sé que las risas las cubre el seguro y que solo buscar un sitio donde hacer pis me va a reportar mil anécdotas. mi único plan es exprimirlo todo y las expectativas de triunfo suben hasta un 100%.

pálpito número 4. es el cansancio el que os ha llevado entrar en la carpa de techno del antiviña, aguantáis poco, no pasa nada. los escasos minutos que pasáis de pie los dedicáis a mirar a todas partes, a observarnos. no sé porqué bailo así, no sé porqué adivino cada golpe, cada cambio. mi cabeza va sola, mi boca escupe sonrisas tontas, cierro los ojos pero no empujo a nadie. no busco nada más.

de haber sabido que eras quien eres

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hubiera preferido que la primera vez que fui consciente de tu existencia (hablaste y me giré, sorprendida por tu voz) alguien me hubiera dicho que ibas a ser quien eres. yo no tardo en querer a las personas, pero sabiendo quien eres, habría acelerado mi propio proceso y habrías sido caritín desde el primer día. habría escudriñado desde el primer minuto en tu ceño fruncido para saber de tí. ese gesto que a veces tuerce tu cara y engaña a quien no te conoce, que oculta una risa estentórea y agradecida que ilumina habitaciones, llena espacios vacíos y contagia a otros ceños fruncidos como el mío. si hubiera sabido que eras quien eres, habría planeado contigo estrategias para conquistar monarquías de un beso (imperios de una noche) a los treinta segundos de verte. podrías haber contado conmigo antes, te habría tendido mi abrazo y mi calor, mi casa y todo mi tiempo. de haber reconocido en ti a quien eres ahora, contaríamos con el triple de risas en nuestros estómagos, con el cuádruple de batallas vividas y quién sabe cuantos más viajes en coche (tus periplos...). podríamos haber multiplicado los momentos en los que me he encontrado en tus ojos y tu en los míos, en los que has sido 'nuestro hombre' y nosotras, tus ovejas descarriadas. en los que te he necesitado y has estado, sin querer agradecimientos, en los que me has necesitado y espero haber estado.



pero no importa.


ya sé que adivinas este párrafo que viene, pero mereces leerlo. hace tiempo que sé quien eres y saberlo llena de felicidad a quienes te rodeamos. me hace sonreír pensar que si bien no estabas cuando cumplí quince años, estarás cuando cumpla treinta. es brutal imaginar todo lo que nos va a pasar en el futuro y que siempre voy a poder compartirlo contigo, porque será más mejor si tú estás riéndote cerca de mí (de nosotras). feliz cumpleaños, caritín.

dios

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siento como si creyera en dios. debo confiar de forma ciega y sin dudas en un futuro prometedor, sin turbaciones exageradas, que me hará sonreír como me pedía anoche Jimmy. todos me hablan de esa próxima época sin vacilar, como algo certero como un disparo. yo lo veo lejano, improbable, complicado y estúpido, ¿cómo voy a ser feliz porque sí? ¿dónde está escrito? yo solo pienso en historias truncadas y desgraciadas, en personas depresivas, destrozadas y sin luz. ellos están más presentes que esa alegría que mis amigos me pronostican. ¿por qué conmigo debería ser diferente? sin evidencias, sin razones de peso, estoy levantándome cada mañana dando todo mi esfuerzo a esta causa intangible. por eso parece que crea en dios.

...

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hace frío, el aire helado tiñe mis mejillas de rojo y mis labios se cortan cada vez que me río. con los brazos cruzados me revuelvo dentro de la ropa buscando el calor que se esconde entre los pliegues. la luz debería caer siempre así; tan brillante, tan difuminada, tan inaguantable. detrás de esta fiesta que me apasiona el sol pide su protagonismo y el agua le concede el reflejo, pero no por mucho tiempo. él mismo sabe que ese sanguíneo naranja es temporal y por eso se muestra tan orgulloso. siento que me graban a doce frames por segundo, el viento me golpea suavemente la cara, mi (escaso) pelo juguetea con el viento, estoy preciosa. llevo tanto rato mirando hacia delante... soy consciente de que es un regalo perfecto, lo saboreo, lo grabo en mi memoria para siempre. estoy helada pero soy feliz así.

 

blue moon

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me gustan los rituales, las costumbres establecidas de forma tácita y muda, respetadas por encima de cualquier cosa. como cualquier domingo estábamos en la bañera a esa hora indeterminada de la tarde en la que aun sientes que tienes tiempo para todo. --- aquello no tenía nada de sexual, por lo menos durante ese rato. éramos tu, yo y el agua, los tres durante dos horas, hablando frente a frente. yo me exfoliaba la piel, luego si te dejabas también limpiaba la tuya con un mimo maternal, todo eran espuma y palabras. --- de pronto recordaste que querías que escuchara algo que acababas de componer, no podías esperar a que terminara nuestro rato de bañera. aquello me disgustó, creía que disfrutabas de la inviolabilidad del agua conmigo y saliste de un salto a por tu guitarra, mojando la mitad de la casa. te sentaste de nuevo en el borde de la bañera, yo te miraba tranquila y paciente, sin gafas siempre me apaciguo, quería escucharte antes de empujarte de nuevo al agua. entonces escuché una canción triste, dulce, melosa, llorosa, perfecta y sideral. la acústica del baño la hizo llegar aún más al centro de mi ser y volví a mojar mis mejillas con mil lágrimas. --- así te imagino.

{}

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me repugna la idea de tener que cuidarme para no caer. esforzarme por no llorar, hacer listas de aspectos negativos, revisar mi estado de ánimo y tratar de endurecerlo. es demasiado sencillo abandonarse a las lágrimas y vago por ese camino sin darme cuenta, visitando la autocompasión, el victimismo y el catastrofismo con una rapidez 'envidiable'. donde quiera que estés, tranquilidad, ven ya a por mí, te espero impaciente. parecía que estabas cerca pero te retrasas, cabrona.

prepared

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estoy preparada, capitán, dispara cuando quieras. cada mañana tardo una hora y pico en levantarme pensando en todo lo que podría ocurrir y no ocurre, así que te aseguro que estoy concienciada. venga, ¡vamos! ¿dónde estás, idiota? I'm ready! en mi historia es lo que toca, no lo digo yo, lo dicen los estudiosos de la narrativa y del guión cinematográfico/literario, ¡las líneas de mi vida hablan por sí solas! ¿y la eclosión, el estallido? ¿cuándo toca chillar de felicidad? llevo la ropa adecuada, quizás debí haberme recogido el flequillo, pero como que estoy aquí delante que puedo con ello, carry on! ¿me giro? ¿es por el otro lado? vale vale vale, ¡te voy a sorprender! no puede ser que todas las películas, las canciones, las fotos; no creo que haya tantas mentiras juntas, ¡es imposible! ¡ahora me toca a mí! ¿nadie más lo piensa? ¡va, hombre! (dejo el bate en el suelo, ¿vale?) está en la televisión todo el día, en el cine, ¡por todas partes! yo puedo olerlo, ¿tu puedes? si me dices que es mentira no sé qué voy a hacer, te lo digo en serio. (cojo el bate, ¡estoy estoy estoy!) lánzame, ¿de acuerdo? no te preocupes por lo fuerte que venga, ¡soy una mujer con ganas! por el amor del cielo que no entra en mi cabeza que no vaya a ocurrir, te juro que no. si es así, ¡dime! ¿qué coño hace la gente? ¿para qué se levantan? ¿están todo el dia pensando, como yo? me parecería tan triste que prefiero no pensarlo. no me mires así, se trata de mirar hacia otra parte, no me quiero volver loca. pero necesito ese estímulo, creo que me vas pillando. ¡tira! ¡bien fuerte joder! ¡pronto!

{}

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era tan fácil enamorarse de que no me di ni cuenta. entraste poco a poco en mi vida, primero ni siquiera te parecías a lo que ahora eres. bajabas de forma lenta pero segura por mi oído, entrabas en mi cabeza, me hacías vibrar como pocos. te necesitaba por la mañana cuando iba a clase, para animarme cuando estaba triste, para hacerme disfrutar cuando me hacía falta sudar. y tu siempre ahí. silencioso, amigo amante, sutil y brutal. la intensidad fue subiendo, me fui quedando sola contigo, solos tu y yo, porque ibas cambiando y pocos querían de ti lo que yo. era perfecto. lo es aun. cuando me dejo llevar, cuando cierro los ojos, te siento palpitando dentro de mí y mi cabeza me dice, 'quédate aquí siempre. así no te falta nada más'. sin mirar a mi alrededor, me sorprendo sonriendo sin parar, no hablo con nadie, todos me sobran. solo te quiero a tí, no quiero nada más. me tienes en trance durante horas. pequeños viajes que me llenan de vida. no sé qué haría sin el techno. 

plasidine

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plasidine o la crema milagrosa. tardó pocos días en curar, cerrar y reconstruir la herida infectada de mi dedo pequeño del pie izquierdo. ella, que se creía inexpugnable, riéndose del betadine y las tiritas, pegándose en cada calcetín, haciéndose oír a cada paso. ahora ya no eres nadie, tu juventud dolorosa ha desembocado en una vejez cicatrizada y casi inadvertible, date cuenta. crema mía; te huntaré en pan, te derretiré para la salsa de los espaguetis y para mezclarte con el colacao. sobre la pizza y la carne, en la ensalada y en las galletas de chocolate. rellenaré el pollo trufado de navidad y serás guarnición de casi cada plato cual puré. plasidine, mi crema mágica/antibiótica, mira a ver si puedes curarme también por dentro. yo me encargo de que entres confundida con las vitaminas e hidratos de carbono.

oda

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benditos sean aquellos que saben que detrás del 1 va el 2 y que la B sigue a la A. que sus acciones tienen un objetivo claro como la luz del sol. y si no es evidente, buscan la manera de que lo sea. deseo la salvación eterna a esas personas que hacen de las aclaraciones/explicaciones una forma de entenderse con el resto, sin esperar ser comprendidos sin motivo. gracias por todos aquellos que saben que nadie tiene porqué aguantarles y se esfuerzan por no repercutir con su carácter o con su forma de hacer las cosas al resto. entienden que solo su santa madre tiene porqué sufrirles y no hacen de sus circunstancias las razones de sus actos, ya que todos vivimos rodeados de 'circunstancias', mejores o peores. infinitos agradecimientos por los seres coherentes, ¡sois tan pocos! parece ser que solo vosotros queréis que vuestro camino sea inteligible, que nadie pueda preguntaros a qué jugáis. 

pequeña raza de hombres consecuentes, reprodúcete. vuestro número es sospechosamente bajo en este mundo. vivís escondidos, no tenéis porqué. expandíos y que cunda vuestro ejemplo, que nos hace falta. yo hace demasiado que no me cruzo con uno de vosotros. es más, no sé si he conocido a alguien así.

pornografía

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sueño. pub extraño. ella está subiendo unas escaleras, él la sigue a cuatro o cinco escalones de distancia. se siente observada y le gusta, hace de cada peldaño un ritual de espaldas y piernas. solo lleva una camiseta de manga corta y la ropa interior, visible aunque intente ocultarla con pequeños estirones. tras una eternidad subiendo, nota que él pone sus manos en las caderas y la para, ella se queda quieta, esperando, casi sin respirar. a él también le excitan los rituales. por eso se toma su tiempo en  recorrerla con las manos y con la boca hasta bajar un palmo sus exiguas bragas.

keats

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"Hoy vivo en ayer; me sentí bajo un embrujo el día entero. Estoy a tu merced. Escríbeme unas pocas líneas, dime que jamás serás menos buena de lo que fuiste ayer conmigo. Me deslumbraste. No hay nada en el mundo más brillante y delicado. ¿Cuando tendremos un día sólo para los dos?" (11-10-1819). Cartas de John Keats a Fanny.

raccord

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tengo especial habilidad para detectar fallos de raccord (o continuidad; hace referencia a la relación que existe entre los diferentes planos de una filmación a fin de que no rompan en el espectador la ilusión de secuencia. cada plano ha de tener relación con el anterior y servir de base para el siguiente. danke, wikipedia). ya sea por manía, por defecto de profesión, por ser mirona incansable o por mujer (son ellas las que en cine suelen desempeñar la tarea de dar continuidad ya que parece ser tienen mejores capacidades para ello), suelo ser la que se fija en que penélope antes llevaba dos botones desatados en la blusa y en el siguiente plano solo uno. o que diego ha dejado el libro en la mesa y de pronto lo lleva en la mano otra vez sin haber movido los brazos. en cine o televisión es fácil ver estos pequeños errores, lo malo es avistarlos en nuestro plató diario. ¿cómo es que X no ha llamado? en mi guión (interno) pone que telefonearía esta semana. perdona, pero por el comportamiento que has tenido y la relación que mantenemos, ahora 'toca' un beso. si no me equivoco, tu dijiste que H y ahora haces B, ¿a santo de qué? y tú, deberías estar aquí.


¿quién reparte las órdenes de rodaje en mi plató? ¿quién ha decidido lo que cada extra está haciendo? ¿por qué va cambiando todo sin sentido aparente? si pudiera pararía de fijarme, pero no puedo, no veo más que fallos de raccord a mi alrededor ¿para cuando un rodaje perfecto, sin fisuras, con cada personaje en su sitio...?



mixture

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dicen en los informativos que en pocas horas se desatará la tormenta perfecta. han pasado los últimos tres días llenando las televisiones de mapas de isobaras, planos con diagramas del viento, explicando que si las borrascas vienen de no se donde y se concentran en equis punto. yo me rio entre dientes, todo es mentira. sé quien crea esas tormentas. les veo acostados en la cama, solos, con los ojos cerrados. vigilo su respiración pausada, están relajados, todo está lleno por su calor. da miedo perturbar su sueño, aunque al mínimo gesto  mío abren un poco los brazos y son ellos los que por la cintura me obligan a acoplarme a su cuerpo. no puedo dormirme. están lejos de mí, soñando, atravesando la tierra de noche. de pronto algo les sobresalta, suspiran. esa pequeña exhalación es la que destroza el equilibrio en el que todos vivimos, son ellos los que controlan con sus diminutos gestos las mareas y las fases de la luna. sin quererlo hacen temblar la tierra, despiertan al viento, ponen en marcha volcanes. solo hay que fijarse en sus pestañas de mentira para diferenciarles del resto.

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te veo cada día una o dos veces. yo, que he echado pestes por la boca sobre tu persona. que te he deseado lo peor, que te he odiado. además solo a tí, en el mundo solo a tí, nena. no es una reflexión de domingo peregrina, estas dos líneas que he escrito son una verdad que no me avergüenza. he pasado temporadas sin recordarte y ahora te tengo cerca cada veinticuatro horas, esa es mi (tu) frecuencia más larga. pero también sabes aparecerte cada mucho menos tiempo, eres tan real que mi estómago pega un salto aunque al segundo mi cabeza me recuerde que es imposible. 

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prefiero no tener ese encanto del que presumes y ser mediocre. llamas tanto la atención que aburres y terminas pareciendo algo falsificado, sin origen ni razones. aunque no lo sepas, nos reimos de tu estúpida forma de explicarte, hablas como si tuvieras público, te contoneas y sonríes creyéndote irresistible. mírame a mí. tengo más gafas que cara, trasquilones en el pelo, suelo mirar mal y no me importa que pienses que no me saco partido. mi mundo interior no compite con el tuyo porque desconozco las dimensiones del que posees, pero mi desgracia te aseguro que es menor que la tuya. no me maquillo, pero mis ojeras no son por falta de sueño. 

insurrectos

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lo que parecían pequeñas insurrecciones sin importancia se han convertido en una huelga general. primero se manifestaron en un punto clave de mi estructura, el dedo pequeño mi pie izquierdo. una rozadura inexplicable destinada a desaparecer con un soplo de aire se infectó en silencio la muy hija de puta. el médico me recetó una crema antibiótica que me pongo una vez al dia (en el pie y en el corazón, por si apaña algo por vía tópica). pero mi cuerpo no se dio por vencido. su plan B era aun mas silencioso que el primero, porque no hay nada mas silencioso que la noche. un par de veces cada madrugada mis ojos se abren solos y tardan una eternidad en cerrarse, dándome la genial oportunidad de pensar en mis problemas y oscuridades sin interrupción alguna. rienda suelta a mis cavilaciones, muy recomendable. en su calendario, los insurrectos tenían marcado para el 26 de febrero la explosión final que llamara mi atención y me jodiera hasta el infinito. son pocos pero eficaces. desde primera hora han concentrado sus esfuerzos en retorcer cada músculo contracturado del lado izquierdo superior de mi espalda. sin miramientos ni vergüenza, desoyendo mis quejas y lamentos, ciegos en su propósito y trabajadores como chinos. ahí los tengo. vale tíos, me he cansado. no puedo más. decidme qué queréis, mandadme un mail, escribid vuestras peticiones en mi brazo con el trazo de mis arterias, vosotros que estáis dentro. solo os pido que no maltratéis a mis órganos esquiroles y a mis extremidades perezosas que no se han sumado a vuestra huelga. negociaré con quien haga falta para acabar con esto.



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Un vel di vedremo / es tan hermoso, tan subyugante, no me deja ni andar /  Levarsi un fil di fumo sull´estremo / su voz se desliza por mis oídos, pienso en ella, encarna lo que suelo entender por belleza  / Confin del mare / como látigos surgen las líneas desde mi espalda y me adelantan, se aparece como un espectro / E poi la nave appare. E poi la nave bianca entra nel porto, romba il suo saluto. Vedi? E´ venuto! / solo yo te veo, voy hacia mi casa y nadie se da cuenta de que te llevo delante, que me miras y te ríes / Io non gli scendo incontro. Io no.  / hay veces que no puedo soportar ese susurro... / Mi metto Là sul ciglio del colle e aspetto, aspetto / ella espera como yo esperaba, paciente, tranquila, sabiendo que algo tan precioso llevaba su propio ritmo / Gran tempo e non mi pesa la lunga attesa. E... uscito dalla folla cittadina un uomo, un picciol punto s´avvia per la collina. / a veces me gustaría que no fueras de verdad, que te confundieras con el aire (como ahora, que andas delante de mi y no estás), que desaparecieras cuando intentara tocarte. así sería más fácil compartir el espacio contigo, sabría que si me acercara un paso, tu te alejarías otro /  Chi sarà? Chi sarà? / quién será? qué eres? de verdad estás, existes? / E come sarà giunto Che dirà? Che dirà? / es perfecta, es así como tenía que ser cantada. / Chiamerà Butterfly dalla lontana. / las lágrimas se agolpan detrás de mis gafas. ando por la calle y me da vergüenza que alguien me vea llorando solo por la música. / Io senza far risposta me ne starò nascosta / él te llama y tu esperas, cio cio san, sabes qué él está subiendo la colina, que grita tu nombre, tu esperas, tu corazón late tan fuerte que no puedes soportarlo, lo noto dentro de mí / Un po´ per celia, e un po´ per non morire al primo incontro, / se parece a ese segundo en que él se inclina y se te acerca, sabes que todo se nubla y desaparece lo que no esté a menos de cinco centímetros de tu boca. alguien da una orden al firmamento y los segundos se vuelven más lentos, los minutos son horas, no tienes nada más que hacer que navegarle / ed egli alquanto in pena chiamerà, chiamerà : “piccina-mogliettina, olezzo di verbena” / aún estoy averiguando cuántas claves secretas hacen saltar tus rasgos. se esbozan poco a poco, mi cabeza me dice 'fíjate...' y yo reconozco que también estás ahí, te adivino al escucharla.  luego nunca te encuentro en otros, te prometo que no veo a nadie que se parezca a ti por la calle. siempre es así. / I nomi che mi dava al suo venire. Tutto questo avverrá, te lo prometto. Tienti la tua paura,- io con sicura fede lo aspetto. / feliz cumpleaños.

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1) ella me trajo las sonrisas de un grupo de técnicos de sonido en una pecera. escuchaban algo tan mágico y especial que no podían evitar sonreir emocionados, sin mirarse, sabiendo que vivían algo irrepetible que quedaría siempre guardado en un sitio preferente de su memoria. 2) rescató una de las vivencias que sin duda más la han traumatizado y me la expuso sin dejarse detalle, como nunca se la ha contado a nadie. la vi frágil, sola, asustada, temiendo que esa pena se extendiera como sangre por sus venas. 3) me regaló el color del mar, su olor, la sal en el aire, su rugido poderoso, ese momento preciso en el que se confunde con el cielo. 4) ella me dio su cuerpo para que yo lo amasara y lo destrozara, para que le hiciera mil veces el amor más bruto y pleno, para que durmiera sobre su pecho, para que contara sus pecas. 5) me prometió que me daría su tiempo, que sería mi periodista, que escudriñaría cada recodo de mi extraña cabeza hasta sacar todo lo que podía darle. mi infancia, mis viajes, mi juventud. el amor, el odio, el miedo, las decepciones, las experiencias. las noches más negras, mis primeros vuelos, mis locuras y mis necesidades. ella lo quería saber todo de mí. 6) quería ponerle voz a traves de la suya a aquellos que ya no estaban con ella y que habían sido tanto en su vida. deseaba darme sus recuerdos, hablarme tanto que al final esas figuras fueran para mí realidad pura y no sombras que nunca vería, necesitaba transmitirme ese amor por lo que no conozco y hacerlo realidad a mis ojos. 7) sin saber muy bien porqué sabía que su camino era el mío y eso era lo que quería hacer. pero tenía miedo. 8) tenía dentro de sí millones de letras que acompañarían mis noches. 9) llenó mis oídos de miel (otra vez repitió porqué yo estaba fuera de este mundo, porqué era mejor que cualquiera)





qué hermoso es
("Un bello dia veremos levantarse un hilo de humo en el extremo confín del mar. Y después aparece la nave. Y después la nave es blanca. Entra en el puerto, truena su saludo. ¿Ves? ¡Ha venido! Yo no voy a buscarlo, yo no. Me pongo ahí, en lo alto de la colina y espero, espero mucho tiempo. Y no me importa la larga espera. Y, salido de entre la multitud de la ciudad, un hombre, un pequeño punto, sube por la colina. ¿Quién será?, ¿quién será? Y cuando esté aquí, ¿qué dirá?, ¿qué dirá? Llamará: - Butterfly- desde lo lejos; yo sin responder. Estaré escondida. Un poco por bromear, y un poco por no morir al primer encuentro. Y él, un poco ansioso, llamará, llamará; “Pequeñita, mi pequeña esposa, perfume de verbena”, los nombres que solía llamarme. Todo esto sucederá, te lo prometo. Guárdate tus temores, ¡yo con segura fe lo espero!")

besos

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durante mucho tiempo he tenido la suerte de ser besada, acariciada y abrazada hasta el infinito. no aprecias lo asombroso que es tener ese contacto constante con el cuerpo de otra persona (y el contacto de esa persona con tu cuerpo) hasta que no lo tienes. esa cantidad exorbitante de gestos que dabas y recibías se convierten en tu colesterol malo, en algo que no sabes cómo quitarte de encima y que provocas a la mínima ocasión. ese vaivén de hormonas nadie sabe dónde queda. a veces imagino los besos que debería recibir. o los abrazos. o las caricias. lo que sea. durante un instante corto dejo de escuchar a quien tengo a mi lado porque aunque no lo sepa, me está dando sin darme algo que necesito que me den y no me dan. el escalofrío nunca será el mismo, pero se le parece en la pequeña explosión que provoca el querer algo así y recibirlo sin pedirlo. por ahora no he descubierto malos besadores imaginarios, todos son cariñosos, brutos, directos y pegajosos, tal y como a mi me gusta. no penséis que me he vuelto loca, prefiero a los de verdad.

dejada

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mi nórdico me ha dejado. ya no me calienta, se enrolla en mis piernas, se escurre dentro de la funda y se desentalla de la cama por el puro placer de joderme. me di cuenta el sábado, cuando pasé una de las noches más frías de las que recuerdo a pesar de estar resguardada bajo suyo. cuando me desperté le miré y él me devolvió su rictus incómodo, espetándome en silencio el asco que yo le producía y las ganas que tenía de perder mi cuerpo de vista. 

no sé qué he hecho para que ahora me trate así, él sabe que no voy a poder comprar otro, él era mío. le he otorgado mis peores noches, mis más bajos pensamientos. la confianza me ha permitido dormir desnuda, le he confiado el contacto más extenso con mi piel que nadie ha podido tener. conoce mis patadas nocturnas, mis palabras entrecortadas, mis placeres, mis lecturas interminables, mis siestas gatunas.

como una viuda triste que no quiere reconocer en voz alta la falta de compañía, he traído dos mantas nuevas a mi cama para engañarme. no ocupan su lugar, las he puesto encima del nórdico antes amante. tengo miedo de que les coma la cabeza a ellas también.

estoy pasando horas malas. el hijo de puta sabe que no puede irse hasta primavera y trata de hacerme las noches imposibles.