aun más historias para no dormir

pálpitos

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pálpito número 1. me pesan los brazos y las piernas. me doy la vuelta, mi rodilla choca con una piedra. recoloco la almohada, me estiro porque tengo toda la tienda para mí. el sol calienta pero no quema, la brisa me mueve un poco el pelo, agita de forma suave y acompasada la puerta. tengo todo el tiempo del mundo, puedo dormir, pensar, cantar, levantarme y tomarme una cerveza fría, ir a la tienda de al lado donde dormitan los míos, seguir con los ojos cerrados durante horas mientras el sol siga ahí arriba.

pálpito número 2. estás sonriendo, no te conozco pero transmites felicidad, quieres estar donde estás y vas a disfrutarlo. o no, espera, sí que te conozco. hace diez años que tu voz (con más o menos frecuencia) se cuela por mi oído y me hace adorarte de forma infantil y estúpida; yo también sonrío, podría llorar, levanto los brazos, sé que puedes verme, sé que sabes que estoy ahí. tras una hora y media, mis mejores sospechas se hacen evidentes, cantas justo lo que necesitaba oír. yo me acuerdo de vosotras, de tres de mis mujeres, de los momentos que pasamos juntas y de cómo le escuché por primera vez en vuestra compañía. 

pálpito número 3. no he bebido demasiado, pero sí lo suficiente como para saber que voy sonriendo mientras ando. el alcohol aumenta exponencialmente la sensación que tengo, pero no por ello deja de ser menos cierta. hay mucha gente a mi alrededor, voy chocando, se me derrama un poco de cerveza, pero no importa. quedan muchas horas de noche, voy a ver a alguien que me gusta, cantaré bien alto y bailaré para quien tenga a mi alrededor. sin prisa, sin obligaciones, con el pago de mi entrada sé que las risas las cubre el seguro y que solo buscar un sitio donde hacer pis me va a reportar mil anécdotas. mi único plan es exprimirlo todo y las expectativas de triunfo suben hasta un 100%.

pálpito número 4. es el cansancio el que os ha llevado entrar en la carpa de techno del antiviña, aguantáis poco, no pasa nada. los escasos minutos que pasáis de pie los dedicáis a mirar a todas partes, a observarnos. no sé porqué bailo así, no sé porqué adivino cada golpe, cada cambio. mi cabeza va sola, mi boca escupe sonrisas tontas, cierro los ojos pero no empujo a nadie. no busco nada más.

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