aun más historias para no dormir

mi castaña favorita

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igual que las hormigas se asustan si ven tu dedo acercarse pero ni se inmutan ante otros insectos de su mismo tamaño, los bebés deben reconocer como iguales (en cuanto sus ojos enfocan) a aquellos que solo miden un palmo más que ellos. si este mecanismo (para mi tan lleno de lógica) existe, tu fuiste la primera persona a la que yo aprecié como algo parecido a mí y esa sincronía fue solo una de las millones que te hacen especial para mí. aunque somos como un huevo y una castaña, debemos estar rellenas de la misma miel. yo nunca sería tal y como soy (mejor o peor, pero de esta manera) si no hubieras sido tú quien se crió a mi lado, siempre tres años por delante, siempre un poco más alta, siempre un poco más delgada (¡ay!). de ti proceden mis recuerdos más felices. de cuando aún no sabía leer y me inventaba los cuentos en voz alta para imitarte, que leías sin quejarte en la camita de mi derecha, toda seria. de nuestros baños los domingos, con toda la bañera llena de cacharros que llenábamos una y otra vez de agua y jabón, de nuestros peinados inventados y barbas de espuma hasta que venía la mamá y nos lavaba la cabeza y nos tapábamos los ojos para que no entrara el champú y nos quejábamos y tu llorabas y yo también, ¡no iba a quedarme atrás! de nuestras tardes interminables en el cuarto de jugar, que llenábamos de setecientas muñecas (a las que tu ya enseñabas y dabas lección...), casitas y demás chismes infantiles hasta que no cabían más y había que guardar algo para poder seguir trasteando. de las películas que vimos una y otra vez en aquellos sofás negros, 'tu a boston y yo a california', 'grease', 'tuyos, míos y nuestros', 'dirty dancing'...


nadie me podría enviar otra vez al cuarto de los papás a saber si nos podíamos levantar ya, tras haberme cerciorado de que si ese día era fiesta o no (qué malo era que solo me dijeras que sí dos veces a la semana). sería complicado encontrar a alguien con quien corear 'heal the world' y adivinar el balanceo exacto que harían sus brazos como sé que harían los tuyos.  y aún más, tu fuiste la primera a la que vi igual que yo, la primera a la que quise, los primeros brazos que me abrazaron y la primera que me besó (quitando a los papás). eres yo, yo soy tú, en el sentido más enorme de los pronombres y los verbos. conocerte es adorarte y yo, que no te conozco sino que 'te soy' (la Real Academia de la Lengua me perdona porque semejante bosque semántico está lleno de amor) no es que te adore, es que no podría ser sin tí. feliz cumpleaños. no puedo quererte más. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jo-der.
brutal.

Mrs.Hopper dijo...

jo, he tenido mucha envidia por ser hija única.
precioso ^^

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