aun más historias para no dormir

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"Aprendí todo lo que sé con Yves Saint Laurent. Mucho antes de trabajar para él sentí su aura singular, sin parangón, su gracia inefable. Estaba Yves Saint Laurent y luego estaba el resto, a mucha distancia. Sin duda fueron mis años más felices. Nunca me haré a la idea de que ha muerto". Hedi Slimane, el creador de la imagen masculina del siglo XXI para la casa Dior evocaba ayer en declaraciones a este diario al genial creador. Igual que él, otros grandes de la moda contemporánea se declaraban hijos adoptivos. Como Jean Paul Gaultier: "Era mi ídolo, el modelo a seguir por su creatividad y rigor, tan parisino, así como por su propia elegancia personal". Christian Lacroix, que compartió con YSL el paso por la casa Dior le recordaba como "un choque de modernidad, lo que nos proponía tenía la evidencia de las obras maestras, tal y como lo hubiera explicado Baudelaire". Para la británica Viviene Westwood, "es uno de los pocos que alcanzaba la perfección en todo lo que hacía".
También están quienes han perdido al amigo. El modista italiano Valentino habló de la época en la que estudiaron juntos en París, cuando se acercaban juntos al Café de Flore y empezaban tardes de fiestas interminables. Y refirió otra de sus facetas como creador: "Sus dibujos y escritos y su tormento demostraron una fragilidad que desgraciadamente se lo ha llevado demasiado pronto".
Coetáneo, el cordobés Elio Berhanyer recordó la admiración que YSL sintió por Picasso, y "su impresionante sentido del color". "La noticia de su muerte me llena de tristeza pues lo conocía y era una persona maravillosa, inolvidable, algo tímido y poco hablador". ELPAIS.COM

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Ted Howard pasó los últimos 15 años arreglando las cartas de amor que le envió a su esposa, fallecida hace tres años, entre finales de la década de los 40 y principios de los 50. Desde 1993, Howard se ha dedicado a juntar los 2.000 pedazos a los que habían quedado reducidas las cartas cuando ella descubrió a alguien leyéndolas y decidió destruirlas.
El hombre de 82 años, que escribió un total de 98 cartas a su esposa, Molly, durante los siete años que pasó viajando por Europa, acaba de concluir su trabajo, al que ha dedicado una hora diaria desde que empezó. "Aún extraño muchísimo a Molly, pero tener los recuerdos me ayuda", ha dicho a la BBC. Howard, que planea escribir un libro sobre las cartas, las firmó en hojas de hoteles del Reino Unido, Irlanda, Francia y Holanda.
La pareja se conoció en una feria de pueblo en 1948, cuando ella tenía 18 años y él 23. "Fue amor a primera vista", explica Howard. Se casaron en 1955 y permanecieron juntos 50 años, durante los que tuvieron tres hijos y seis nietos. ELPAIS.COM