hace dos meses descubrí que era nazi. ya había percibido mi obcecada voluntad de apartar de mi lado a las personas que me hacían daño pero nunca había caído en la frecuencia y la disparidad de ocasiones en que el látigo de mi indiferencia actuaba (y actúa). con más o menos razón, para la eternidad o por un tiempo, soy capaz de cortar la naturalidad como quien corta un folio si siento mi bienestar amenazado. hay veces que lo hago porque no tengo más remedio (siento que me resquebrajo y me muero) y otras porque me lo ponen en bandeja. pero encuentro algo erróneo en todo el proceso (aparte de mi tozudez y determinación imbatible) y es que si decido no mirar más unos ojos, cuando los vuelvo a ver las convulsiones/pulsiones internas son idénticas a las de un tiempo atrás; mi mutismo pretérito (ese que me protegió tanto) se convierte en una viuda que llora por un muerto al que nunca conoció - una estupidez. tanto tiempo para nada... mi mecanismo de defensa nazi imperfecto aún asi sigue siendo mi única manera de enfrentarme a ciertas cosas. hay que quererme (y odiarme) así.
Hace 4 horas
2 comentarios:
¿Acaso hay formas mucho mejores de protegerse? Que si eres una pequeña nazi roja, yo soy otra.
Yo te quiero exáctamente como eres.
danke, mein love (L)
tu si q eres perfecta!
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