conducíamos deprisa por la ciudad con el beneplácito verde de los semáforos, casi sin coches. alguien apuntó que de noche la programación de los semáforos cambiaba con respecto a la del día; tardaban más en pasar a rojo y se sucedían muchos en verde para aligerar la circulación. tiene lógica. pensé que esa programación diferente (manipulada desde un despacho empedrado de pantallas de ordenador hasta el techo con cientos de diagramas, planos, gráficas y tomas desde un helicóptero, con un botón rojo enorme y redondo sobre una mesa que mudaba al modo nocturno los colores de todos los semáforos solo con pulsarlo) tenía su origen en la necesidad de mejorar el tránsito en valencia y así evitar un problema a los que la (mal)habitamos.
si esto es así, elevo una humilde petición al organismo competente en el bienestar de los ciudadanos. ayuntamiento de mi (mal)amada ciudad; igual que se intenta rebajar el caos de coches, buscad una solución para el trastorno emocional y destrozo anímico de muchos de tus hijos. si pudieran idear un sistema que con solo accionarlo (ponerlo en marcha, propagarlo, contagiarlo, repartirlo) éste pudiera hacernos estar más tranquilos por unas horas (como esos eternos semáforos en verde de noche) todo funcionaría mejor. nuestra sola voluntad no cabe, hacemos lo que podemos, tengan mi palabra de que es así. debe ser una autoridad de peso la que lleve a cabo esta tarea hercúlea, vistos los resultados de nuestros esfuerzos.
si no fuera por ustedes y su 'mano' con los semáforos luneros, cruzar valencia a las cuatro de la madrugada sería eterno. hagan lo mismo con mi cabeza/corazón; háganlo posible con otro enorme botón rojo, aunque solo sea durante unas horas cada día.
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detrás de tus ojos no hay cartón, hay otra parte que nadie ve, como 'the dark side of the moon'. y siento que me caigo dentro.