hubiera preferido que la primera vez que fui consciente de tu existencia (hablaste y me giré, sorprendida por tu voz) alguien me hubiera dicho que ibas a ser quien eres. yo no tardo en querer a las personas, pero sabiendo quien eres, habría acelerado mi propio proceso y habrías sido caritín desde el primer día. habría escudriñado desde el primer minuto en tu ceño fruncido para saber de tí. ese gesto que a veces tuerce tu cara y engaña a quien no te conoce, que oculta una risa estentórea y agradecida que ilumina habitaciones, llena espacios vacíos y contagia a otros ceños fruncidos como el mío. si hubiera sabido que eras quien eres, habría planeado contigo estrategias para conquistar monarquías de un beso (imperios de una noche) a los treinta segundos de verte. podrías haber contado conmigo antes, te habría tendido mi abrazo y mi calor, mi casa y todo mi tiempo. de haber reconocido en ti a quien eres ahora, contaríamos con el triple de risas en nuestros estómagos, con el cuádruple de batallas vividas y quién sabe cuantos más viajes en coche (tus periplos...). podríamos haber multiplicado los momentos en los que me he encontrado en tus ojos y tu en los míos, en los que has sido 'nuestro hombre' y nosotras, tus ovejas descarriadas. en los que te he necesitado y has estado, sin querer agradecimientos, en los que me has necesitado y espero haber estado.
pero no importa.
ya sé que adivinas este párrafo que viene, pero mereces leerlo. hace tiempo que sé quien eres y saberlo llena de felicidad a quienes te rodeamos. me hace sonreír pensar que si bien no estabas cuando cumplí quince años, estarás cuando cumpla treinta. es brutal imaginar todo lo que nos va a pasar en el futuro y que siempre voy a poder compartirlo contigo, porque será más mejor si tú estás riéndote cerca de mí (de nosotras). feliz cumpleaños, caritín.